Nacemos… abrimos los ojos… con suerte, nos están esperando, a veces nadie te espera.
Entramos al mundo, este planeta, donde nada es lo que parece… sólo la naturaleza “está y es”…
Empezamos a usar los sentidos: vemos, tocamos, oímos, empezamos a sentir, si nos quieren, o no nos quieren…
Aprendemos lo que podemos, lo que nos enseñan, lo que se debe, lo que no se debe, lo que nos gusta y lo que no…
Aprendemos a reir y a llorar, a sentir ganas, a querer más.
Descubrimos el mundo, pequeño, nuestro, a veces maravilloso, otras monstruoso…
Somos tan frágiles y necesitamos tanto del otro… cuantas veces el otro no está, se fue, se olvidó, nos maltrató, nos destrató, no nos cuidó… por qué? Si yo era chiquito y sólo quería mucho, mucho amor?
Los otros , sus padres, los amaron? Porque solo de eso se trata… de qué padre?, de qué madre? En qué abrazo de esos dos seres fuimos engendrados? Fue un abrazo amoroso, conmovedor, libre, elegido, deseado?? O fue de casualidad, a destiempo, violento, con odio, porque sí….
Ahí empieza tu cuento… ahí, cuando nacés… preguntáte… y empezá a abrir los ojos… a despertar.
Sigo creciendo en el próximo despertador.
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