En toda historia hay un héroe y un villano. El héroe o la heroína encarnan los valores más elevados, la valentía, el arrojo, la justicia.
El héroe lucha por llegar a la verdad y no quiere nada para sí, lo hace por los demás.
Al héroe se le exige que sea perfecto, sin fallas, porque las fallas lo convierten en un hombre común, y un héroe no es un hombre común.
Un héroe nunca se debe rendir, debe estar preparado para afrontar cualquier peligro, cualquier decepción, cualquier derrota, pero un héroe nunca puede abandonar su lucha. El héroe pelea hasta el final, y de ser necesario el héroe debe sacrificarse.
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