Te voy a perdonar Juan Cruz, porque te entiendo. Entiendo que sos un ser oscuro, perdido, triste, patético. Vos creciste solo, dejado de lado, sin amor y sin esperanza. Sin la esperanza de encontrar una luz, y por eso te voy a perdonar. Porque sin esperanza no se puede vivir. Porque la esperanza es el motor de la gente feliz, es ese brillito en los ojos cuando pensas en la vida que queres para vos.
Poco brillito en tus ojos Juan Cruz, poco amor, pocos sueños, o nada. Por eso te perdono. Me imagino que debés haber sido un nene tan triste, tan solo, desamparado, desencantado con la vida.
La esperanza es la prima hermana de la fe. Tener esperanza es saber que eso, esa luz está ahí, aunque no la puedas ver está ahí. Aunque claro, vos nunca pudiste creer en eso porque en el mundo de oscuridad en el que viviste jamás pudiste creer que había una luz, y ahora te queres matar porque no podes creer que tu antagonista sea yo.
¿Qué es lo opuesto a la oscuridad? La esperanza. Vos querrás terminar con Paz, pero la verdadera antagonista de la oscuridad es la esperanza, y esa sería yo. Así tan bolida como me vez y vos tan poderoso como te creías, no podes creer que no podés conmigo.
Pero hasta para el ser más oscuro siempre hay una luz de esperanza, y tu luz de esperanza sería yo. Porque habrás podido matar a Paz en otras líneas temporales pero nunca pudiste conmigo, porque no se puede con la esperanza. Porque la esperanza vive hasta en el mundo más arrasado. Es una luz, chiquita, en la oscuridad, por eso te perdono Juan Cruz, te voy a perdonar todo. Y ahora te vas entregar, porque llegó tu hora Juan Cruz, llegó tu hora de ir hacia la luz.
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